
Resulta necesario estirar después del ejercicio, ya que entre otras cosas conseguiremos que los músculos se recuperen antes del esfuerzo físico y que el ácido láctico se reabsorba con más celeridad, evitando los calambres.
Una vez que finalice el entrenamiento hay que estirar para acabar con la tensión de la musculatura. Al destensarlos el riesgo de lesiones y sobrecargas se reduce considerablemente. Además de beneficiarse el cuerpo también te servirá a ti como actividad de relajación.
Conseguirás apurar el proceso de reabsorción del ácido láctico, que es el que genera los calambres. De ahí la importancia siempre de dedicar a la conclusión de los ejercicios unos diez minutos para estirar.
Aquellos deportistas que pretenden ganar en volumen muscular deberán saber cuáles son los ejercicios de estiramiento más adecuados para favorecer el crecimiento de los músculos.
Mantén siempre la rutina de estirar para evitar no solo molestias, también los incómodos calambres. Suelen producirse por la ausencia de minerales con el magnesio en el tejido muscular. Con los estiramientos facilitaremos que estos lleguen con más facilidad a la parte interna del músculo.
Al día siguiente estarás como nuevo, ya que tus músculos recuperarán su posición inicial. En ningún momento sufrirás sobrecargas ni molestias físicas que te impidan entrenar de nuevo con normalidad.